martes, 8 de mayo de 2007

Mambo Beach, un trike muy playero.



No habíamos terminado de encerrar a mambo, cuando chema ya estaba planificando la siguiente escapatoria, y esta no iba a tardar mucho, se realizaría nada más mejorasen las condiciones climáticas que arrastrábamos. Pero esta vez se nos antojaba volar en algún lugar nuevo, nuevo para nosotros y nuevo para mambo, por lo que sin dudarlo y casi al unísono, soltamos los dos la misma palabra, “playa, quiero ir a la playa”, en fin para que vamos a pensarlo más, nos vamos a la playa, y ¿cuando?, chema dijo – mañana, mañana nos vamos a la playa, y dicho y echo, aquí están las fotos de ese viaje. Espero os gusten.

Sobre las 7:30 horas de un impresionante día de mayo, nos encontramos en una impresionante y bien cuidada playa del litoral Almeriense, con la luz justa para ir montando el trike, en compañía del Chema y de nuestro buen amigo Samet, amante del vuelo, y digamos un trikero más. Cada vez nos es más fácil el montaje del trike, bien conjuntados los tres, en prácticamente media hora estamos encendiendo el motor, además de disfrutar el impresionante amanecer que nos brinda Almería, y en consonancia con el espectacular día de vuelo por la costa de Almeria el cual repetiremos, con todo seguridad, no muy tarde en el tiempo.

Repasando el correcto montaje del ala.

trasnportando el ala hacia el carro.

el trike listo para volar.

No nos resulta difícil encontrar un buen lugar para realizar nuestros despegues y aterrizajes, si bien hemos de ir con cuidado para no molestar a los vecinos y usuarios normales de nuestra improvisada pista de vuelo quienes quedan atónitos contemplando nuestras intenciones para esa mañana. Chema como en él es normal, intenta explicar en que consiste nuestro aparato y los invita a volar en el, cosa que levanta las sonrisas, de nuestros admiradores, quienes no obstante reflejan lo bonito que para ellos sería volar, y en este punto me acuerdo de los mosqueos que pilla, mi amigo Fran Oiogorta, cuando se ve herido en su “pequeño” orgullo trikero, por no ser debidamente mencionados en las revistas especializadas de este género, a lo que yo me contesto, porque creo no conocen y conocerán lo bonito que es volar en un trike o tubo y tela en las condiciones que lo vamos a realizar hoy, Chema, Samet y yo.

Primer despegue sobre la arena de Roquetas.


La sensación de volar sobre la arena de la playa es indescriptible, solo cuando se vuela, además a en las condiciones en las que hemos podido volar sin nadie sobre la arena que te impida obviamente sobrevolarlos, y con la tranquilidad que ante un imprevisto no se ponga en peligro la integridad de terceras personas, hace que estemos locos por volver a volar sobre la arena y sobre el mar.




Sin embargo las tomas hay que medirlas muy bien, ya que no es cuestión de tocar los carteles informativos, ni de caer al bancal. No es el mejor lugar para realizar posiblemente las dos maniobras más complejas del vuelo, pero es lo que hay, y tras medir bien el lugar, no existió ningún tipo de problema que nos incomodara.






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